Bienvenidos a un nuevo ciclo.
Para ir desabrigándose, para el verano.
A modo ilustrativo, una historia:
La de dos amantes, que de momento sólo querían enamorarse. Coincidieron en la feria del libro del año 2002, y nunca más se volvieron a ver hasta el 2007. Esta vez, la casualidad los descubrió en una reunión, resulta que compartían un amigo. Palabras más, palabras menos, quedaron para cenar. Durante la cena, en una cálida terraza de noviembre, ella se mostró relajada y él elocuente, mientras hablaban una especie de frenesí confortable los fue embriagando. La botella de vino estaba intacta así que decidieron ir a tomarla a otro lado. Él vivía cerca y ella estaba en auto. Subieron tres pisos por escaleras, así que para cuando llegaron al depto la agitación de ambos se encargó de romper el hielo, el fue a buscar algo a la cocina y ella con mucha soltura le dió play al disco que estaba puesto en el equipo. Ninguno de los dos conocía bien la música, pero era algo así como jazz. La cena les había dejado los sentidos encendidos, encendieron así algunas velas y no pararon de hablar. Hasta que de súbito, la copa de vino se cae en un ademán exagerado y un beso es lo único que se puede hacer. Un bretel se cayó sólo y ellos no pudieron detenerse. Las velas caen sobre sus cuerpos abrazados ganando, poco a poco, un protagonismo inusitado. La luz testigo del momento parece ser ahora el centro kármico de este encuentro, el beso continúa, pero lo único que se ve son las velas. Fundidas con un poco de música suave, van despertando la imaginación del espectador ¿Qué significan esas velas? ¿Qué están haciendo ahí? Sus pequeñas llamas oscilan peligrosamente ante la tierna intromisión de una brisa urbana. El 3º piso está en silencio y para cuando las velan regalan su último hilo de luz, la pareja duerme. Duerme y parece que hace rato duermen. Y las velas no arden.
Aquí nos perdimos de algo, nocierto?
El grito te muestra todo.
CALENTANDO MOTORES.
COSTA RICA 5459.
DOMINGO 20HS.
GRITO CINE: "Lucía y el Sexo" de Julio Medem.
